viernes, 15 de abril de 2011

Nubes espesas

Tengo demasiadas dudas. Podría vender cada duda por un céntimo y hacerme rica.
Pero cuando mis preocupaciones llegan a un máximo, surge otra duda: ¿Qué hay de malo en dudar? De hecho sin las indecisiones, no habría decisiones, la vida solo seria une esquema a seguir hasta morir.
Aunque también están las famosas influencias. Aquellos iluminados que creen tener el poder de decidir por ti, y te someten a presión, ¿nunca pensaron en dedicarse a aconsejar matrimonios rotos? De veras, están muy buscados porqué nadie sabe que hacer.
Y es que dudamos cada segundo, por la sencilla razón de que desconocemos el futuro, y a pesar de que no nos lo parezca, decidir hacer “b” puede llevarnos a otro lugar totalmente distinto al de la opción “a”.

...Supongo que la solución es no tomar las dudas como problemas...



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